[ATTACH=CONFIG]188[/ATTACH]Todo el que conozca mínimamente la historia del poker habrá oído hablar de cómo empezaron las WSOP, cuando Benny Binion (en la foto), inspirado en el épico heads-up entre Johnny Moss y Nick “The Greek” Dandolos en el Horseshoe, tuvo la brillante idea de invitar a los mejores jugadores de poker del mundo a una “convención de gamblers”.
Para mucha gente, ahí se acaba la historia de Nick the Greek y empieza la de las WSOP. Todo el mundo conoce y ama la Series Mundiales pero poco saben de la vida de uno de los hombres que las inspiró. Tampoco ayuda el hecho de que Nick the Greek acabase jugando microlímites en Gardena. Pero ¿Hay algo más que añadir? Si eres uno de esa minoría que quiere saber algo más de esta historia estás de enhorabuena.
El tejano Johnny Hughes acaba de publicar una nueva entrada en el famoso foro 2+2 en la que recuerda uno de los sucesos más curiosos de la historia del poker.
De acuerdo con las palabras de Hughes en el post, después de que “El Griego” disputara su legendario mano a mano en 1949 contra Moss, se enfrentó en otro duelo a vida o muerte contra: Ray Ryan, empresario del petróleo y uno de los mejores jugadores de poker del momento. Un duelo por todo lo alto con una gran proyección mediática en su día.
El caso es que el magnate Ryan vapuleó a Nick the Greek durante 15 días consecutivos de poker. Pero no de la manera más deportiva…
Más tarde se descubrió que Ray Ryan llevaba una pequeña radio escondida en un bolsillo de su americana. A su vez, un compinche que veía las cartas de Nick the Greek (sirviéndose de unos prismáticos) informaba a Ray instantáneamente de las cartas de su oponente y así fueron desplumando mano tras mano al pobre Nick. El resultado tras el gran timo fue un agujero en el bolsillo de “El Griego” de $550,000 de la época, lo que equivaldría a mucho más dinero en la actualidad.
Huges también dice que la cosa no terminó ahí, ya que cuando “El Griego” se enteró finalmente de lo que había ocurrido decidió echar mano de sus contactos en la mafia de Chicago para ajustar las cuentas (y nunca mejor dicho) con Ray Ryan. El resto de la historia es más propia de una película de Scorsese…
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