Tanto Phil Hellmuth como Ben Lamb han conseguido unos resultados extraordinarios en las World Series of Poker de este año. ¿Pero cuál de ellos debería ganar el ansiado trofeo de “Jugador del Año”? Examinemos los hechos.
Siempre es difícil medir el éxito real en un juego como el poker, pero el título de Jugador del Año de las World Series of Poker es muy respetado. Algunos eventos de las WSOP tienen un buy-in de $1.000 y otros de $50.000. Algunos torneos tienen miles de participantes y en otros apenas hay 200. La mayoría de eventos son de Hold’em, solo un puñado de ellos son de otras disciplinas.
No solo eso, el sistema de puntuación tiende hacia un torneo: el Evento Principal. Tampoco tiene en cuenta los torneos en los que el jugador ha participado, pero no llegó a los premios, así que son los ingresos, no los beneficios, los que cuentan para la puntuación. Aunque el sistema de clasificación del POY puede tener una fórmula muy científica, muchas veces nosotros mismos sacamos nuestras conclusiones sobre quiénes han sido los ganadores reales en Las Vegas.
Esto nos lleva al título de Jugador del Año de este año. En la actualidad es una lucha entre Phil Hellmuth y Ben Lamb. Ambos han sido los grandes protagonistas de las WSOP de este año (aunque Brian Rast y sus dos brazaletes también se merecen que nos quitemos el sombrero).
Hellmuth ha ganado $1.591.004 este año, principalmente gracias a sus tres segundos puestos en eventos de juegos mixtos. Ben Lamb tiene más de $2.113.947 y ha ganado un brazalete, llegó a dos mesas finales y lo más asombroso es que también está en la mesa final del Evento Principal.
Lamb tiene casi garantizado el título de Jugador del Año en noviembre. Siendo realistas, Phil necesitará llegar muy lejos en uno o dos eventos de las WSOP Europa y Lamb tendría que ser uno de los primeros eliminados en el Evento Principal (y no cobrar en las WSOP-E) para que Phil se lleve el título. ¿Pero quién es realmente el jugador del año de estas WSOP?
Ben LambLamb es un habitual de las partidas de cash más duras en la Ivey’s Room de Las Vegas. Según sus propias palabras, su excelente actuación de este año se debe más a la varianza que a otra cosa (es raro que los jugadores reconozcan estas cosas, incluso los profesionales. Esto nos hace pensar que Lamb es un jugador muy seguro y con los pies en la tierra).
Ha conseguido premios de seis cifras en mesas finales de todas las disciplinas del juego, con un brazalete y un segundo puesto en eventos PLO, la mesa final del $50.000 Player’s Championship y por supuesto está en la mesa final del mayor torneo del mundo de No Limit Hold’em.
Básicamente ha demostrado su valía en eventos grandes, pequeños pero repletos de profesionales, ha jugado en todos los formatos del juego y ha ganado más dinero que cualquier otro.
Sin olvidar lo más importante: tiene muchas posibilidades de convertirse en el campeón del Evento Principal. Da igual el puesto en el que quede en noviembre: ya forma parte de la elite del poker.
Phil Hellmuth
Sin embargo, tampoco podemos olvidarnos de Hellmuth. Ante todo, sus tres segundos puestos en un año, son toda una hazaña en la historia de las WSOP (lo que al mismo tiempo despertó ciertas dudas sobre su juego cara a cara).
Phil ha sido muy criticado durante los últimos años por no saber evolucionar con el juego, conservando un estilo que funcionaba antes del boom pero ya no. Las cosas han cambiado este año: todos sabíamos que estaba trabajando muy duro en su juego, pero los resultados han sido asombrosos.
También se le criticaba bastante por ser un jugador de Hold’em. Algo que ha cambiado este año, gracias a sus segundos puestos en 2-7 Stud Hi/Lo, la mezcla de 8 juegos (todas las disciplinas del juego) y todos han sido campeonatos de $10k+.
Aun así, el cambio más radical ha sido su actitud. Ha sido muy modesto (o al menos para lo que solía ser), ha alagado a sus oponentes, se ha sincerado sobre sus errores y en general ha reaccionado de una forma muy positiva cuando las cartas no le sonreían. Lo más notable ha sido que ha rechazado todas las peticiones de entrevistas y ha abandonado su tradición de llegar al Evento Principal con elaboradas entradas.
No es ninguna sorpresa que esto sucede el primer año en el que ya no está patrocinado por UB Poker. Siempre pensé que sus entradas extravagantes y momentos de locura eran más por el interés de su patrocinador que otra cosa.
Sin un parche en su gorra (y/o ahora que debe pagarse sus buy-in) vemos a un Phil Hellmuth más centrado en el poker, no en el negocio. Al hacerlo, ha ganado una gran cantidad de fans. Ben Lamb puede ser el jugador del año, pero en las WSOP 2011, Phil Hellmuth ha sido la historia del año.
Saludos cordiales,
Staff CHILEALLIN.com
Fuente: Pokerstrategy