[ATTACH=CONFIG]165[/ATTACH]Los aficionados al poker siguen especialmente perseguidos en algunas Comunidades Autónomas y tras la redada que tuvo lugar la semana pasada en Mallorca, Málaga sufría el pasado viernes 19 de febrero la última actuación policial contra la práctica de este deporte.
Un policía de paisano logró infiltrarse tras pagar el buyin correspondiente y cuando la 5ª jornada de la Liga Amateur Texas Holdem Ciudad de Málaga organizada por la AMP (Asociación Málaga Poker) iba a comenzar, el policía del departamento de juego de la Junta de Andalucía procedía a identificarse ante los 110 jugadores presentes y el torneo quedaba congelado.
En ese preciso instante, 6 agentes, de los cuales 4 iban de paisano, irrumpieron en la sala y comunicaron a los asistentes que el dinero recaudado quedaba confiscado (un total de 3.850€) y que todo aquel que desease recuperar su buyin debía identificarse. Pero aportar sus datos significaba que pasarían a formar parte de la denuncia como jugadores de dicho evento con lo que quizás no muchos decidieron identificarse para recuperar su dinero.
Por otro lado, y según la policía, los asistentes “no tienen ninguna responsabilidad penal y quizás no tengan ningún tipo de sanción administrativa” con lo que no se prevé ninguna acción legal contra los jugadores allí congregados.
Entonces, ¿por qué desmantelar un torneo a punto de comenzar? ¿Por qué hacerlo si los asistentes no tienen ninguna responsabilidad penal? ¿Contra quién van verdaderamente dirigidas estas redadas? ¿Qué se consigue con ellas?